lunes, 11 de febrero de 2013

1850 - Naufragio del 'Preciosa Victoria': Espeleta y 'La Jacoba' pasajeros


La historia que hoy se 'pasea' por el Callejón del Duende, data de 1850 y es totalmente verídica. El hecho me lo recordó el otro día un asiduo visitante de este blog, el amigo Pepe Muñoz y he creído oportuno darle público conocimiento.

La narración -que bien podría servir de guión para una película- tratará del naufragio de la fragata 'Preciosa Victoria' la cual realizaba la travesía de Cuba hacia Cádiz, donde entre otros pasajeros iban los gaditanos, el torero Francisco Espeleta Machuca, su mujer, la célebre 'Jacoba' Ortega, cuyo nombre iba incluído en la relación de flamencos que el cantaor Juanelo le dió a Demófilo y Manuela Monge Jiménez, cuñada de los dos citados, cónyuge del torero Ignacio Espeleta (a) El Americano.


El 12 de noviembre de 1850, apareció publicada ên 'El Comercio' (Cádiz) un muy emotivo artículo, suscrito por el Capitán de la fragata 'Preciosa Victoria', Fernando Gutierrez, donde narraba los tristes pormenores del naufragio de la citada embarcación. Al resultar un tanto larga la misiva, os la cuento de forma resumida:

El 27 de agosto de 1850 partió la fragata 'Preciosa Victoria' del puerto de Santiago de Cuba, con destino al de Vigo y Cádiz, con 16 tripulantes y 8 pasajeros. De entre ellos destaco los citados anteriormente.

Relación de pasajeros del 'Preciosa Victoria'

El 4 de septiembre y al paso de la embarcación por Ciacos y Mariguana, arreció un fuerte temporal acompañado de tormentas eléctricas, lo que provocó que un rayo destrozara los palos principales y el velamen del barco. Dichas contingencias climáticas casi logran que tres marineros perecieran por asfixia, dado lo cargado de la atmósfera. El barco sufrió una gran vía de agua que no pudo ser corregida debido a su envergadura. El capitán ordenó que se arrojara la carga del barco (equipajes, caoba y azúcar) al agua, al objeto de  aligerar el peso de la nave.

"¡Con cuanta lástima veía a todos, pues a cada uno lo consideraba una víctima, a la que me era imposible salvar por mis propios recursos, pues todos los había puesto en práctica sin resultado!. Llegó el día 1º, de octubre en que no dando ya agua las bombas, pues subía por encima del piso de la cámara y estando todos rendidos por el excesivo trabajo, y faltos de sueño en disposición de que sobre las bombas se quedaban dormidos algunos; viendo que estas me eran completamente inútiles, mandé aquella noche echar el bote y lancha al agua con suficiente provisión para que estuviesen listas estas embarcaciones en el caso de sumergirse completamente el buque, pues el agua aumentaba por momentos."

 Después de picar algunos palos para la fabricación de una gran balsa, el día 3 de octubre, a las 7 de la mañana avistaron un buque que iba en su dirección, lo que provocó obviamente la alegría y esperanza en la tripulación. El Capitán se embarcó en una lancha y fue en busca del barco a implorar la clemencia de su  otro capitán.

 "(sic) a mi llegada a bordo, a las 5, me recibió con toda la afabilidad que pudiera hacerlo un padre, y habiéndole noticiado el angustioso estado en que nos encontrábamos, accedió a nuestros deseos trasladándonos a bordo de su fragata rusa la CHARLES EDWARD, el capitán Johan Georg Poppe. Aún nos reservaba Dios otro consuelo; a las 7 de aquella tarde se nos acercó la fragata española ISABEL, su capitán don Lino de Urbeta, cuyo señor quiso fuésemos todos a su bordo, pero el capitán Poppe no lo consintió y  solo accedió a que se trasbordasen doce individuos por carecer de agua para todos."

El capitán también narraba que había perdido toda su fortuna, al no tener contratado ningún seguro al respecto, perdiendo inclusive su fortuna personal que llevaba en el barco. solo pudo salvar -producto de la casualidad- una cantidad económica entregada en Cuba para los pasajeros. Este señor, -noble donde los haya-, le dictó su conciencia que entregara la suma de 1.524 pts. a los pasajeros, en vez de quedarse el dinero al objeto de paliar las pérdidas.

Los náufragos, a su vez, publicaron en El Comercio del día 27 de octubre de 1850, la siguiente carta de agradecimiento:


¿Pero que hacían estos personajes en Cuba? La respuesta la encontramos en el último trabajo del sin par investigador y poeta Ortíz Nuevo, 'Tremendo asombro' (Libros con Duende, 2012) donde recoge las distintas noticias flamencas y toreras publicadas en la  prensa de la Habana hasta 1850. Impagable trabajo de Jose Luís, faro iluminador de muchos que seguimos su estela.

 En una de sus numerosas citas, recoge lo publicado en LA PRENSA (Habana) de fecha 22 08 1850

 "Toros y toreros en Cuba ...Daremos sobre los macarenos algunas noticias. La cuadrilla de Santiago de Cuba ajustada expresamente para su plaza en la península se compone de las partes siguientes.

Primer espada: Ignacio Ezpeleta, discípulo del célebre Montes.
Segundo espada: Francisco Ezpeleta, también discípulo de Montes.
Picadores: José Díaz, Antonio Muñoz y Manuel Marín.
Espada sobresaliente y primer banderillero: Alfonso Fernández.
Banderilleros: Manuel Fernández, Antonio Jiménez, Pedro Juan Macía, Antonio y Gaspar Díaz. Todos son muy inteligentes y magníficamente equipados, siendo sus vestidos tan numerosos como ricos y elegantes, y se han traído también nuevos todos los útiles que son necesarios para el completo servicio de la plaza, siendo notables los vistosos arneses de los caballos. La nueva plaza de toros de Cuba se ha construido al norte de la ciudad, hermosa cómoda sólida y con lujo, lo que la hace ser muy encomiada..."

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"LA PRENSA 29 10 1850. Toros (Ignacio Ezpeleta está por la Isla y se prepara para ir a Regla)"

 Quiere ello decir, que hacia Cuba viajó la cuadrilla citada y a la vuelta hacia Cádiz, lo hizo solo su hermano Francisco, su mujer 'La Jacoba', su cuñada Manuela Monge y muy posiblemente las dos hermanas (las citadas como Antonia y María Fernández) de los toreros Alfonso y Manuel Fernández, lo que nos llevaría a pensar, que dicho viaje, no sería de acompañamiento, sino que nos encontramos -muy posiblemente- ante una compañía de cante y baile, que actuaría en alguno de los teatros de La Habana.

La identificación de los personajes os la dejo ha continuación con los siguientes documentos oficiales:


Este Francisco Espeleta Machuca, hermano de Ignacio, es hijo del primer Espeleta que arribó en Cádiz, allá por 1812 proveniente de Sanlucar de Barrameda, llamado Fernando Francisco Espeleta Moreno (torero), casado con Josefa Ignacia María Machuca Cruz. Este matrimonio además tenia una hija, de nombre Rufina que se casó con Francisco Fernández Boigas 'Curro Dulce', cuya hija Agustina (Rufina), a su vez se casa con José Ortega Feria, el cantaor 'El Aguila', apodado también 'El Cuco' para el toreo. En el padrón de 1843, aparece también Manuela Monge, cónyuge de Ignacio Espeleta.

 


 Jacoba Ortega Díaz, era hija de José Gabriel Ortega de la Oliva y de Grabiela Díaz Cantoral, la cual contrajo matrimonio con Francisco Espeleta Machuca el día 7 de octubre de 1949, es decir, un año antes del naufragio.



Carteles Plaza de Toros de Cádiz: Izqda. 20 11 1864 (Francisco Espeleta). El de la dcha. 09 02 1862 (Francisco Espeleta y Juan José Salas 'Yesca'). Archivo Histórico Municipal Cádiz

4 comentarios :

  1. Estupenda la entrada en su totalidad. El relato del capitan, habia que resumirlo como tu lo has hecho. Despues lo has ilustrado y documentendo como es costumbre en ti. ¡¡ Maravilloso ¡¡

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  2. Gracias por comentar Pepe. Yo creo que Francisco Espeleta, ya no volvió a montarse ¡ni en los barquitos de la Plaza España de Sevilla!.
    La historia es realmente buena y los personajes que llevaba la fragata, era para hacerle una buena entrada.

    Un abrazo

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  3. Pedazo de entrada, Antonio. El pobre Espeleta y cía, no querrían ver el agua salá, después, ni en la salmuera de los chochitos (altramuces).

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  4. Gracias Javier. Pobrecillos.... lo tuvieron que pasar fatal. A partir de ese día, ya no querría ni agua, solo vino... de Chiclana, como su maestro Paquiro.

    Un abrazo.-

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